Los humedales construidos utilizan las plantas, suelos y microorganismos para tratar las aguas residuales, mejorar la calidad del agua, y crear hábitat para la fauna.

Los humedales construidos se dividen en dos categorías: 1) Flujo Subterráneo, en los cuales las aguas residuales circulan por debajo de una superficie delimitada, plantada con vegetación, rellena de arena o grava, y cuyo fondo se encuentra impermeabilizado, y 2) Flujo Superficial del Agua, en los cuales las aguas residuales fluyen por encima del suelo de una ciénaga o pantano de área delimitada, cuyo fondo se encuentra impermeabilizado, y cuya superficie cuenta con vegetación flotante enraizada al suelo.

Guías de configuración:

Sistema de Flujo Subterráneo

  • 1:1 – 1:2 de proporción, largo a ancho
  • 0,5 – 0,6 m de profundidad

Sistema de Flujo Superficial

  • 3:1 – 5:1 de proporción, largo a ancho
  • 0.6 – 0,9 m de plantas enraizadas al suelo
  • 1.2 – 1.5 m de plantas flotantes

Los humedales tienen un promedio de 0.05 hasta 0.1 m2 de superficie de área por cada galón de agua tratada por día, y varían desde pequeñas aplicaciones in situ para sistemas sépticos hasta grandes instalaciones municipales. La selección de plantas se basa en consideraciones estéticas, la resistencia de las plantas, y el tipo de clima.